Respirando

 Quiero poder elegir a quien querer... poder escoger a esa persona a quien no logro poder perdonarle que me haya olvidado con tanta sencillez, para quien ahora solo soy un buen recuerdo y un buen momento, con un tinte de amistad, una confesión que sólo se logra dar a medias.

Quiero poder dar mi confesión de haberle querido tanto a quien no puede quererme tanto como quisiera; quiero poder confesar el delito de querer a quien no debí.

Quiero declararme culpable, y poder solllozarle al oido que quiero que se quede, que vuelva, que no vaya o que me lleve; porque tristemente sé que me tiene en su corazón; y decirle que acá sigo luchando con un recuerdo que nunca se va, como una mente que no deja de recordar.

Quiero gritar que cuando se trata de hablar sabrá que mi corazón siempre será su hogar, que los momentos anidados en nuestra memoria siempre serán los mejores aunque nuestra historia haya cambiado, aunque muchas pisadas hayan recorrido nuestros caminos... siempre seremos tu y yo.

Ven para acompañarme en este caminar, y aceptar que en tus guerras luchó a tu lado; y aguardar siempre en el mismo lugar, aquel que solo nosotros conocemos.

Ser delincuentes, y robar miradas, palabras, risas mientras charlamos del tema más sagrado o más serio, poder gritar sin miedo a los demás, poder dejar de ser un recuerdo secreto y ser una realidad anunciada, y dejar de ir atrás.

Haber sido un error y hoy ya ser un acierto; dejar el miedo de lado y dejar pasar el tiempo a su lado.

Un escrito por cada gloria, una risa por cada desacierto; y un beso por cada reencuentro.



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