No hago más que renunciar en ese primer minuto de la mañana, renunciar a cada intento de levantar el dolor que se ha convertido mi cuerpo, renunciar al intento de vida que quiero alcanzar, y lo único que hago es preguntarme si valdrá la pena seguir intentándolo y luchar por algo que ya no existe; alguien que ya no soy.

Visita a visita me atrofio más, en cada momento la siento más cerca a mi, ella baila conmigo noche a noche y juega conmigo retandome a dormir con la incógnita de un despertar mejor... o un no despertar.

Toso es soledad, no es una vida, es un sobrevivir constante, una voluntad poco querida; no pido piedad, sólo tranquilidad, ésto me opaca, mis ojos son un mar de incertidumbre ya apagado por lo años y las caídas; ella persigue todos mis recuerdos y mi ser... ya sólo ella me quiere acompañar.

Comentarios