Resagos

 Y allí estaba yo, durante la cuarentena por el coronavirus en el año 2020,  sin comprender por que el transtorno bipolar se había convertido, no solo en una excusa tan “normal” sino también, en un tema tan popular y llamativo para esconderse de la vergonzosa realidad de unos cuántos.

No, no voy a poner en venta los sentimientos que alguna vez atesore en mi cuerpo, me canse de ser tú segunda opción, un animal de cacería, fácil de atrapar, y a quien nisiquiera conquistas, sino que sueltas.

Yo aún siento que me dedicas canciones, aunque nunca lo hayas hecho, que me recibes con flores aunque nunca caíste en cuenta de preguntar cuáles eran mis favoritas.

Yo sé que nos volveremos a encontrar, y la felicidad que tanto nos busco encontrará su causal en nuestros besos infinitos, nuestros juegos de abrazos se harán invisibles e inevitables para los demás, nos volveremos a ver y escucharemos el nombre de cada uno en los labios del otro acompañado por un suave pero contundente “te amo, siempre lo he hecho y siempre lo haré, el pasado ya no importa, solo tú y yo y el maravilloso futuro que siempre anhelamos”           

Siempre supe y sabré que así como la canción, la tierra del olvido,  eres quien eriza mi piel, me hace temblar las rodillas solo de saber que podría verte o saber algo de ti; confío plenamente en la hermosa y bendita casualidad de vernos, de encontrarnos y amarnos nuevamente, sin pensar en el ayer ni en el hoy, solo en el mañana que desde hace tanto tiempo nos aguarda por esperar. Te voy a amar, y se que cuando la aceptabas de nuevo en tu vida... solo yo estaba presente en tu mente, solo yo y solo yo puedo... nadie más.

Anoche soñé nuevamente con nosotros, no contigo ni conmigo, con nosotros, como la luna vestía, nuevamente, nuestros cuerpos desnudos, como durante una noche de besos, de recuerdos y palabras se nos desbocaba el alma entre torturas y esperanzas; pude decirte al fin, todo lo que he dejado de decir por respeto a una realidad llena de dolor, de distancia, de legalidades que solo debieron existir entre nosotros; fue una noche llena de amor, de todo ese amor que falto por decir, por expresar, por tocar; mi alma tocó la tuya y se disfrazaron implacablemente entre las cortinas de la noche, el amor y la dulzura se apropiaron de nosotros y nos empujaron al abismo, no tuvimos otra opción sino caer en los brazos del otro, y al fin, aceptar la verdad, nos merecemos, nos queremos... y desperté.

Quisiera no tener que escribir esto, no quiero condenarte a recordar una herida que no sanaste, no quiero condenarte a recordar mis besos, y todas las risas que quedaron en espera por todas las lágrimas que nos causamos, no quiero ser ese recuerdo que te respira en el pecho, no quisiera que pienses en mi cuando ya no tengo tu corazón, no quiero ser tú dolor no superado, espero que no hayamos sido almas gemelas que se perdieron por un juego de niños, espero que no me encuentres en otros labios, que no te arrepientas de haberte marchado... no quiero pensar que aún te duermes pensando en mi, recordando mi piel y mis chistes flojos, no quiero siquiera imaginar que, quizá, de vez en cuando llego a tu cabeza como un reflejo de tu subconsciente, desesperado por darle vida a un recuerdo que tú has decidió asfixiar.

Dios! Realmente no quiero ser “una más”, pero tampoco quiero ser un amor que no se precisó, un amor, una piel, una sonrisa, un poema, una idea revolucionaria que no llegó a ser una filosofía... me niego rotundamente a ser tú recuerdo más olvidado. 

Quiero saber que eres feliz, quiero creer lo que creo, quiero saber que encontraste lo que buscabas, que yo no te podía dar; hoy quiero que sepas... te amé tanto que tu felicidad es mi mayor muestra de amor, renunciar a ti, mi más grande forma de demostrártelo.



Comentarios