Pandemia

Un poco de alegría, un poco de color, un poquito de sensibilidad para hacer más amena la convivencia con ella... no sabe que el gran problema de este encierro no son los demás... es ella, que no se aguanta, que es víctima de sus propios recuerdo, lacaya de sus pensamientos rebeldes de sus órdenes... su peor enemiga su mente que la atormenta hasta en las mañanas en el primer despertar en el que debe intoxicar su cuerpo con químicos disfrazados de una promesa de mejoría, con mentiras de un mejor amanecer, de un mejor día... una lacaya más de un sistema de pildoras y adormecimientos, que calla nuestro deseo más profundo de desvanecer nuestra atormentada realidad, el prisma con el que muchos realmente miramos la vida, un prisma abrumador, lleno de grises y colores vivos a la vez, una tragedia hermosa, un huracan ardiendo lleno de confusión... ah! pero como todo llega un rayito de luz... esa luz que creías extinta, que por un momento perdiste la fe de encontrar... la viste creiste que liberaría una tradición de años de agonía... no; no es... la única respuesta es abandonar, irse, largarse donde ya no encuentres ni siquiera una imagen falsa de esa luz, la solución será poder encontrar esa libertad que su alma esconde muy dentro... sin saber que existe o la atesora, esas alas que ya no quiere esconder, esa incandescencia que hay dentro de ella... le dije "apaga esa fe, apaga esa espera ante la indiferencia de una luz que no existe, seca el mar de tus ojos y desbordalo en tu inspiración, arranca miradas que ya no te pertenecen, tíralas, alejalas de tu penumbra y recuerda a la ilusión de tu vida, su frialdad, avanza hacia el olvido en un lento paso lleno de desvelos y letras que no pudiste dejar de departir... porque su ausencia siempre estará". Ella soy yo. CANCIÓN. El beso que le robe a la luna

Comentarios