"Carta abierta a las personas con enfermedades mentales" Reachel Griffin

Normalmente no publicó escritos de otras personas, pero tengo que confesar que esta carta en especifico me llego al corazón... en este momento me encuentro atravesando un difícil momento, y estas palabras me reconfortaron, me recordaron que tambien soy humana... soy alguien normal, que puedo llorar, que puedo sentir, y aún más importante que soy digna de amar. A continuación la carta que realizó Reachel Griffin a las personas con enfermedades mentales: Querida persona con enfermedad mental: No eres un monstruo. Eres un valioso, único, magnífico ser humano que merece todo lo grandioso que esta vida tiene para ofrecer. Sal de las sombras y plántate con orgullo en quien eres. No eres defectuoso. Eres un ser completo, más allá de que tengas una enfermedad mental. Me gustas tal como eres. No te cambiaría. Te veo de una forma diferente a la que te ves a ti mismo. No te tengo miedo ni a ti, ni a ella… Estoy maravillado contigo. Me fascina tu coraje, tu fuerza de voluntad, tus dones y tus talentos. Te acepto a ti y a tus mundos de luces y sombras. Algunos simplemente tienen en su cabeza un “vecindario” en el que nunca se pierden. Tú tienes infinitos terrenos para explorar pero a veces giras en la esquina equivocada y no encuentras el camino de vuelta. Me encanta tu vasto paisaje, así que recuerda… podemos hacerte unos mapas. Puedes descubrir una manera de estar a salvo sin dejar de navegar en esos majestuosos mares de emociones. No estás “loco”. No eres violento. No eres ninguno de esos lamentables estereotipos. Por favor, deja de culparte. Encima del dolor y el agotamiento con el que de por sí tienes que lidiar, te culpas, te avergüenzas y te haces más daño. Trátate a ti mismo como lo harías con un amigo con diabetes ¿Le dirías que es débil por tener que ponerse insulina? ¿Le dirías que tiene que espabilar? No, lo tratarías con cariño y compasión. Por favor, sé suave con tu propio corazón ya dolorido. Siento muchísimo que tengas que hacer frente a todo el estigma de este tipo de enfermedades. Lamento que tras pronunciar las palabras “trastorno mental” algo en el comportamiento o en los ojos de la persona que tuvieras delante haya cambiado. Ese es su problema, no el tuyo. Enfócate en tus aliados. La gente que no ayuda puede quedarse en la orilla mientras tú sales a navegar en un cursi atardecer de postal. No te quedes con sus palabras porque te ralentizar el barco. Deja que se vayan volando. Sólo la amabilidad está permitida a bordo. Como canta Taylor Swift: “the haters gonna hate, hate, hate, hate, hate… but you’re just gonna shake it off” (“los que odian siempre van a odiar, odiar, odiar, odiar… pero tú te los vas a sacudir de encima”). Está bien decir adiós y no mirar atrás. Destino: Paz. Hay gente que te dirá que una vez estuvieron deprimidos y lo solucionaron con yoga y zumos verdes. O que su prima Jenny curó su ansiedad dejando el gluten pero ella sí tenía mucha fuerza de voluntad. Te dicen “si tan sólo pensaras más en positivo…”. Y sí, quizás estaban tristones y tomándose unos batidos de frutas del bosque y leyendo El secreto se les levantó el ánimo pero eso no es lo que te pasa a ti. Tienes una enfermedad crónica que necesita tratamiento. No sientas ni una pizca de vergüenza por tener que tomar medicación. Puede tener riesgos y efectos secundarios pero la enfermedad también los tiene. Buscar tratamiento y continuar con él es de valientes. Los ignorantes que han nacido con una química cerebral normal quizás te digan cosas como: “¡las grandes compañías farmacéuticas son malvadas, están dejando a todo el mundo drogado y atontado!”. Bueno, pero ¿adivinas qué? Te han salvado la vida. No te sientes atontado. Sientes que puedes levantarte de la cama y hacerte el desayuno. Los trastornos mentales no tienen nada que ver con “no ser fuerte”. Tampoco tienen nada que ver con tu carácter. Tienen todo que ver con el hecho de que son enfermedades. El mundo te necesita a ti y necesita tu historia. Has bajado a los infiernos y has vuelto. Y estás aquí para decir: “todo mejora”. Cuando alguien lo está pasando mal, muchos miran para otro lado, cambian de tema o de repente tienen que ir a rellenarse el vaso. Tú extiendes la mano en la oscuridad para alcanzar la suya. Compartes tu linterna. No tienes miedo a la oscuridad porque la conoces… Te tomaste un café con ella ayer mismo. Trajo rosquillas. Ya no te asusta como antes. Sabes cómo trabajar con ella. Tienes que saber que también tiene un lado bueno, uno increíble. (¡Chócale esos cinco!) Eres creativo, artista, un soñador. Esa misma imaginación que te asedia con imágenes tristes y escenarios catastróficos, también es capaz de crear grandes obras de arte, música, negocios emprendedores, etc. Has contenido tanto dolor que ahora es energía que puedes utilizar… ¿Qué vas hacer con ella? ¿Vas a crear o destruir? Elige crear. Estás aquí por una razón. Recuerda que tú no eres tu enfermedad ¿Cómo iba una etiqueta a poder acercarse a describir todo lo que eres? Eres un espíritu grande y espléndido. Tu enfermedad es una hormiga y tu espíritu es un dinosaurio ¡Un T-Rex! ¡GRRR…! Que seas diferente no significa que seas deficiente. La gente diferente es la que cambia el mundo porque son capaces de ver más allá de lo que es. Por favor, deja de visualizar cosas malas. No te volverás loco de repente. Tu amigo no te odia aunque no te haya contestado ese mensaje todavía. Cuando te imagines que algo irá mal, recuerda que también puede salir bien. La universidad podría ser mejor que el colegio. Podrías conocer a una pareja increíble. La siguiente pastilla podría funcionar. Podrías tener una vida plena y feliz. Sí, habrá desafíos pero les podrás plantar cara cuando aparezcan. Enfócate en lo que tienes en frente. La vida es demasiado corta como para estar ausente. Todos cometemos errores, tanto si tenemos una enfermedad mental, como si no. Todos reaccionamos ante el dolor o la confusión y hacemos estupideces o herimos a los demás. Somos seres humanos. Es hora de que te perdones por todo. La culpa y la vergüenza también pesan en tu barco y estás listo para liberarte de ellas. Estás ganando más y más velocidad… Estás listo para que la vida te lleve a los lugares más hermosos. Ten presente que los medios de comunicación no tienen ni idea de quién eres. Los índices de audiencia se alimentan mejor del miedo que de la genialidad. No eres ninguno de esos que salen en las noticias en alguna escalofriante historia. A ti ni siquiera te gusta matar bichos ¿Recuerdas a Lincoln, Plath, Mozart? Estás en buena compañía. Además, tienes que saber que mereces amor ¿Le dirías a un amigo enfermo que no se merece tener una relación? ¿Saldrías con alguien que fuera maravilloso pero que tuviera alguna enfermedad? Lo harías y la persona correcta hará lo mismo contigo. Puedes tener una enfermedad mental y disfrutar de una relación sana y próspera. La persona correcta se enamorará *locamente* de ti. Alguien digno de estar contigo (sí, tiene que merecerte) se volverá loco por ti ¿Lo ves? ¡¿Ahora quién es el loco?! Por favor, no dejes de reír y hacer el ridículo. Recuerda las cosas por las que estás agradecido. Piensa en las pequeñas alegrías y en las grandes. Acuérdate de esa vez que un amigo o familiar te hizo reír tanto que te hiciste un poquito encima (siempre has sido de vejiga floja, así que es fácil). Pon una película tonta y divertida. Hazte un baño de espuma que huela a golosinas. Tomate un día de la salud mental y no sientas ni el menor ápice de culpa. Quiero que sepas que no estás solo. Yo también tengo una enfermedad mental. Yo soy tú. Con amor, Rachel

Comentarios