Fracaso de masculinidad





Todos mis poemas los quemaste, donde sacrificaste a los dioses falsos que tanto te gustaba adorar, dioses de amor y perdón, tu no eres cristiano, tu eres un cobarde, pero hoy descanso y no con tristeza, como antes, hoy ya se que no me amaste, hoy ya se que era cierto y que era falso, hoy se que no mereces a una mujer como yo, necesitas a alguien débil de mente y de cuerpo alguien sin voz para defenderse, necesitas a alguien que te idolatre y que sufra por ti, pues estas lágrimas se secaron estos brazos ya no te esperan consideraré despedido, y recuerda todo lo que te hice sufrir para que nunca retomes a buscarme por que sólo encontrarás lo que tu me has dado: desdicha y sangre. 


Comentarios